Sermones de Gracias

PEDRO QUERIENDO HACER EL BIEN, CORTO LA OREJA DE MALCO

“Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.”

Juan 18:10

Cuando uno se mira a sí mismo y ve que es un ser tan deficiente, piensa que debería hacer mejor las cosas; leer más la biblia y orar más; ese pensamiento siempre está presionando el corazón. Y continuamente hay ese sentimiento.

Pedro delante de Jesús parece ser un siervo fiel. Él pensaba que en la vida siempre debía hacer bien las cosas, él estaba atrapado en ese pensamiento. Cuando Jesús dijo a sus discípulos “todos ustedes se escandalizarán de mi” Pedro respondió “jamás te dejaré Señor, puede ser que otros te dejen, pero yo no me escandalizaré de ti Señor” Jesús dijo a Pedro “tú me negarás 3 veces esta noche”, Pedro no aceptaba esta palabra y decía “no, esto de ninguna manera sucederá”.

Y cuando vinieron los soldados para atrapar al Señor Jesucristo, Pedro desenvainó su espada y corto la oreja de Malco, siervo del sumo sacerdote. En ese momento, ¿Qué habrá sentido Pedro en su corazón? La realidad es que Pedro tenía una espada. ¿Es posible que con esa espada gane a todos los soldados? Ellos también habían venido armados, y Pedro tenía que morir por esa acción. Él estaba en una situación grave. Sin embargo, por pensar que “debo de hacer algo para el Señor” lastimo al siervo del sacerdote y puso en peligro su vida.

PEDRO QUERIENDO HACER EL BIEN, CORTO LA OREJA DE MALCO

Pedro sentía una gran presión. “yo tengo que hacer algo para el Señor” por un pensamiento así, él estaba en medio del temor, por lo cual desenvainó su espada y fue hacia adelante, luego los demás discípulos se habían escapado, pero él pensaba que tenia que hacer algo. Y hasta el final siguió al Señor, pero vemos que también le negó.

Uno piensa que por ser débil debería hacer mejor las cosas, ese pensamiento entra en el corazón. En Juan 18, cuando miramos a Pedro, él no tenía ninguna manera, solución para defender a Jesús de la turba que había venido en su búsqueda; pero él en medio de la emergencia, desenvainó su espada para hacer algo por Jesús, de todas maneras, vemos que después le negó.

Sin embargo, pasando al siguiente libro de los Hechos, maravillosamente se ve que Dios a este Pedro lo establece y 3000 personas reciben la salvación. El Señor es quien hace aquello, y no es Pedro en sí.

Nosotros debemos de entender, qué importa que seamos deficientes, qué importa que seamos ignorantes, qué importa que nos equivoquemos; no es por lo que yo hago bien, la vida de creencia no es porque yo soy fiel, que por aquello soy utilizado, sino que siendo débil y deficiente, si Dios me da la gracia soy utilizado. Eso es la verdadera vida de creencia.

Aquí en San Juan 18, la forma de Pedro, el corazón de Pedro, Dios claramente lo ha especificado, y cuando nosotros reflejamos nuestros corazones vemos que somos como Pedro; porque pensamos o decimos: “yo para el evangelio debo de hacer algo, yo para Dios debería de hacer algo, yo para la iglesia debo de hacer algo” si tenemos ese pensamiento, significa que estamos a punto de sacar la espada y herir la oreja del siervo. Eso no viene a hacer ninguna ayuda para el Señor, en vez de eso, por el contrario, si entendemos que “yo soy débil, deficiente, soy una persona que no sirve para nada” entonces esta la condición para que Dios trabaje. Así como Dios utilizó la quijada del asno que no servía para nada, en la mano de Sansón.

De la misma manera, para ser utilizados debemos ser como David, como Abraham, como Jacob, como Noé, ¿Cómo eran aquellos siervos? Ellos no fueron utilizados por ser perfectos o ser diferentes a otros, por el contario ellos eran débiles, frágiles, sin embargo, el Señor los utilizaba dándoles su gracia y ellos eran así los siervos valiosos.

Nosotros para ser utilizado por el Señor Jesús, no es que debamos ser más fieles, esforzarnos más, sino que continuamente siendo débiles, si el Señor amado nos utiliza seremos utilizados.

No debemos pensar erróneamente que para ser utilizado debemos de hacer algo. Si hallamos la gracia delante de Dios, el Señor nos establece. Eso viene a hacer la verdadera vida de creencia.

Así como Pedro hizo, nosotros también comprendimos mal: “Ah, yo quiero ser perfecto, yo quiero renovarme”. Eso no es la verdadera vida de creencia. Sino que el que arregla la debilidad es Dios, no tratemos de renovarnos, sino que presentémonos ante Dios y digamos “Señor yo soy así, si usted me perfecciona yo seré perfeccionado, Señor, si usted me utiliza seré utilizado, eso no depende de mí, depende de usted mi Señor Jesús”, si tienes la fe de creer en el Señor Jesús, Dios se va a sentir tan cómodo de trabajar contigo y realizará muchas cosas en medio de ti.

COMPARTE
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

LOGIN

Bienvenido, por favor seleccione al lugar que desea ingresar