LEVÁNTATE, TOMA TU LECHO Y ANDA

“Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.

(San Juan 5:8-9)

En la Biblia, Jesús nos ha dejado muchas palabras, y cuando aceptamos una de ellas, esa palabra comienza a trabajar en nuestro corazón, y nos convertimos en un pequeño Jesús.

Satanás tentó a Adán, Dios le dijo que no comieran de fruto de la ciencia del bien y del mal, sin embargo Adán fue engañado por Satanás y comió del fruto, desde se momento surgió un nuevo conocimiento, un conocimiento que no era de Dios, sino del árbol de la ciencia del bien y del mal, y desde ese momento, ese conociendo comenzó a dirigir la vida de Adán.

Por Adán, los seres humanos deberían poseer el corazón de Dios, sin embargo, en nuestro interior hay un corazón diferente al corazón de Dios, y ese corazón en muchas ocasiones impide que el señor pueda trabajar a través de nuestra vida.

Si leemos la historia de Nicodemo en San Juan Capitulo 3, podemos ver que Nicodemo tenía conocimiento sobre Jesús, él sabía que Jesús había venido de Dios como maestro. Sin embargo, lo rechazo, cuando Jesús le dijo “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo no puede ver el reino de Dios”, “¿cómo una persona puede nacer de nuevo?” y de esta manera rechazo la palabra de Jesús, y esto no solo le sucedió a Nicodemo, todas las personas de este mundo son descendientes de Adán y por naturaleza rechazan la palabra de Dios.

Cuando descubrimos nuestra maldad, podemos rechazar nuestro propio corazón, que siempre está desechando la palabra de Dios; y cuando aceptamos la palabra de Dios, llega un gran gozo de su parte, por eso, las personas que obedecen a Dios, no simplemente obedecen por obedecer.

Durante mucho tiempo yo tuve el corazón de Adán, y con ese corazón rechazaba a Dios. Por eso, con nuestro propio corazón no podemos servir a Dios; cuando la palabra de Dios entra a nuestro corazón, en ese momento podemos ver que nuestro pensamiento está equivocado y que la palabra tiene la verdad, tiene la razón, y debemos aceptar esa palabra. Solamente el que tiene este corazón puede ser bendecido por Dios.

¡Yo soy bueno! ¡Tengo la razón!, a estas personas les cuesta muchísimo llevar la vida espiritual, porque siguen la naturaleza de nuestro corazón, que es diferente al corazón del señor.

En segunda de Reyes capítulo 17, Dios hablo por medio del profeta Eliseo, “Mañana a estas horas valdrá el Seah de Flor de harina un ciclo, y dos Seahs de cebada un ciclo a la puerta de Samaria”, un príncipe al escuchar esta palabra, el primer pensamiento que le surgió en su corazón fue “Sera esto posible”, “como es posible, aunque Dios habrá ventanas en el cielo”, satanás siempre dirige nuestro corazón para rechazar la palabra de Dios, nosotros simplemente pensamos que estamos viviendo en este mundo, pero no es así, somos engañados por satanás y constantemente vivimos rechazando la palabra de Dios. Por eso cuando escuchamos la palabra de Jesús, si o si nuestro corazón debe derrumbarse, debe deshacerse y aceptar su palabra.

Cuando comemos, ese alimento no entre directamente a nuestro estómago, primero tiene que triturarse, luego machacarse, después digerirse y ser absorbido por nuestro organismo; supongamos, que el alimento entra en nuestro organismo y no se digiere, ¿qué pasaría entonces? se convertiría en una enfermedad. La palabra de Dios es igual, la palabra de Dios entra en nuestro corazón, primeramente la creemos y luego la aceptamos.

Antes seguíamos los deseos de esta carne y las pasiones pecaminosas, pero nos convertimos en personas que somos utilizadas preciosamente por el Señor, porque hablamos su palabra y creemos en su palabra; y esto es lo que le sucedió al enfermo por 38 años, él se encontró con Jesús, y Jesús le dijo “levántate toma tu lecho y anda”, al escuchar esta palabra él se habrá sentido muy mal, “me está diciendo que me levante y que ande, ¡Jesús! este ha sido el deseo de toda mi vida, siempre he querido caminar, correr y saltar, por su palabra lo haré”, cuando aceptamos la palabra de Jesús en nuestro corazón surgen momentos muy felices.

¿Qué corazón surgió en el enfermo por 38 años?, “me está diciendo que tome mi lecho y que ande, sería tan bueno si fuese así. Hasta ahora durante 38 años, muchas veces he tratado de levantarme. Al principio neciamente yo pensé que podía levantarme, he intente hacerlo, y me esforcé agarrándome del brazo de mi padre, sujetándome del bastón, intente erguirme pero nunca lo logre, y llegue a la conclusión de que jamás podría levantarme”.

Hermanos, es una buena palabra “levántate toma tu lecho y anda”. Este era el corazón original del enfermo de 38 años. El cuándo escucho la palabra de Jesús ¿qué corazón tuvo?, “que tome mi lecho y que ande, yo no puedo caminar, me esforcé por mucho tiempo y jamás pude hacerlo, pero me estás diciendo que camine. ¿Cuál ha sido el resultado de haber seguido mi pensamiento? solo ha sido la tristeza y la miseria, pero ahora voy a dejar mi pensamiento; Jesús es el hijo de Dios, voy a internar escuchar su palabra, él me dice que camine, entonces caminare.”

“Hubiese sido bueno si me lo hubiera encontrado antes. Jesús, realmente usted me dijo que camine, ¿verdad?, es una palabra muy diferente a mi pensamiento, mucho tiempo yo he tratado de levantarme y me rendí, y acepte que no puedo. Cualquiera podría decir que no podré hacerlo, pero hasta ahora nadie me ha dicho que camine, ni siquiera mis padres, sin embargo usted me está diciendo que camine, usted es diferente, es el hijo de Dios, si usted me dice que camine, entonces intentare caminar”.

Lo asombroso es que este enfermo pudo caminar, solo por una razón; su experiencia, su conocimiento, desde que nació él era paralitico, él no podía caminar, pero desecho ese pensamiento y acepto la palabra de Jesús.

Es muy curioso, porque este enfermo por 38 años, no podía ser uno con Jesús mesclando la palabra que camine y su propio pensamiento de que no puedo caminar. Hasta ahora el solo tenía el pensamiento de que no podía caminar, pero el Señor Jesús le dijo que caminara, “Jesús, yo he querido caminar, pero no he podido, sin embargo si usted me dice que ande, andaré, tomare mi lecho y andaré”. Primeramente en el corazón del enfermo por 38 años se cumplió esta palabra, antes de levantarse; entro la palabra de Jesús, “si Jesús dice que yo puedo caminar, caminare”.

En san marcos 11:24 dice “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.” Antes de que venga, primero se cumple en el corazón; antes de que el señor Jesús se manifieste en nuestra vida a través de una buena obra, primero en el corazón se debe recibir el perdón del pecado, se debe recibir la justicia de Dios, para ser justo; primero se debe caminar en el corazón para poder caminar.

En Génesis 1:1,2 “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”. Y después saben que sucedió, Génesis 1:3 “Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz”. En san juan 5:8 “Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.” Sucedió lo mismo que en génesis capítulo 1 y se cumplió la obra de Dios; sea quien sea, sin importar cuanta maldad haya cometido, sin importar cuanta perversión tengamos, si logramos que la palabra de Jesús gobierne nuestro corazón, nos convertimos en ángeles.

Satanás todos los días introduce un pensamiento diferente a la palabra de Dios, introduce el pensamiento de que estamos bien y que la palabra de Jesús es incorrecta, el mundo se ha vuelto malvado y perverso, sin embargo el señor Jesús nos está diciendo ahora, levántate toma tu lecho y anda. Si aceptamos esta palabra desde nuestro corazón, podremos levantarnos y caminar.

En la biblia hay otro ejemplo parecido a este, “levántate toma tu lecho y anda”, a una persona que no puede caminar se le dijo que se levantara y caminara, y pudo caminar.

“Mañana a estas horas valdrá el Seah de flor de harina un siclo y dos Seahs de cebada un siclo”, parecía imposible, pero se cumplió, una cosa más, nosotros siendo tan sucios, nos llama justos. En Romanos 3:23 “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,” todas las personas pecaron y a todos los pecadores los llama justo, Romanos 3:24 “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,” la palabra dice que fuimos justificado gratuitamente.

Estaba claro que el enfermo por 38 años no podía caminar, pero Jesús le dijo que caminara, el dejando su pensamiento acepto la palabra de Jesús y pudo caminar. Nosotros cometimos pecado, somos malos, perversos, sucios, mentirosos, ladrones, pero Jesús nos dice justos. En Romanos 3:23 claramente dictamina que todos pecamos y estamos destituidos de la gloria de Dios, pero fuimos justificados gratuitamente por su gracia.

Cuando Dios nos dice que somos justos, que dice nuestro pensamiento, “no soy pecador, como puedo decir que soy justo”, si desechamos nuestro propio pensamiento y aceptan la palabra de Dios, diremos, gracias por la redención que es en Cristo Jesús, fui justificado gratuitamente. Si Dios nos dice justos, entonces somos justos, esa fe nos vuelve justos.

Sin embargo, si el enfermo por 38 años hubiese dicho, “no puedo caminar, lo intente muchas veces, pero no lo logre” que hubiera pasado, de la misma manera si decimos “yo soy pecador y es verdad que soy pecador, no soy justo” entonces uno es pecador, pero el enfermo por 38 años desecho su pensamiento y acepto la palabra de Jesús “aunque yo cometí pecado, aunque cometí la maldad, aunque robe y mentí, y aunque soy pecador, pero si Jesús me dice que camine, caminare.

Tenemos que dejar nuestro pensamiento y aceptar la palabra de Jesús, si Jesús me dice que soy justo entonces soy justo, ¡gracias Señor, soy justo! como dice en Romanos 3:23-24, Si el señor me dice que soy justo, entonces soy justo.

Si desechamos el pensamiento que dice que caminen, entonces quien podrá caminar; el enfermo por 38 años jamás había caminado, pero cuando Jesús le dijo que caminara, él no fue testarudo, desecho su pensamiento y creyó la palabra de Jesús; esta es una persona que cree en Jesús.

Muchas personas no creen así, si pueden caminar, caminan, sino pueden caminar, dicen que no podrán, no importa si la palabra de Jesús cuadra o no cuadra en nuestro corazón, solamente confiando en su palabra, demos el primer paso.

Por consiguiente, les platicare lo que sucedió, el enfermo por 38 años escuchando la palabra de Jesús, se levantó y anduvo, ¿saben cuanta emoción habría sentido? “estoy caminando, estoy caminando”, su vida cambio por completo; recibir el perdón de pecado es igual, no es que tengamos que tratar de hacer buenas obras, sino creer lo que Jesús nos dice, que somos justos, en Romanos 3:24 claramente lo dice, “siendo justificado gratuitamente”, si Dios dice que soy justo ¿acaso no soy justo?, si Dios dice que soy justo, entonces soy justo y mi pensamiento está equivocado.

Antes yo creía así, antes todo el tiempo lloraba diciendo que soy un pecador, pero viendo esta preciosa palabra de Romanos 3:23, Si Dios dice que soy justo, entonces soy justo, porque él es el juez; desde ese día el enfermo por 38 años cambio su vida, al igual que la mía, desde ese momento Jesús comienza a trabajar, esto es creer en Jesús, si solamente sigo lo que puedo aceptar en mi corazón, y lo que no puedo seguir no acepto, entonces estoy confiando en mi mismo; aunque no cuadre en mi corazón, solo seguir la palabra de Jesús, eso es la fe.

El enfermo por 38 años se levantó y empezó a saltar muy feliz todo el día, la gente le decía ¿porque saltas tanto?, porque es la primera vez que camino después de 38 años, estoy muy contento.

Las personas que obtienen la verdadera fe, reciben este cambio y esta felicidad, por eso nosotros amamos a Jesús y creemos en él, aun ahora aunque no podemos verlo, él está vivo; y como dice esta palabra tal y cual acepten en su corazón diciendo, Amen, y la obra maravillosa del señor se manifestara a través de ustedes. Gracias.

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